Han pasado nueve meses desde aquel 3 de marzo donde
reuníamos para tratar de entender, razonar y opinar sobre los alcances del
Sumak Kawsay o Buen Vivir y analizar los acontecimientos del país que en ese
momento se sucedían como la marcha por el agua la vida y la dignidad de los
pueblos. Esto fue impedido por la irrupción violenta de un gran número de
policías en el departamento del Luluncoto, allí, sin ninguna explicación nos maniataron, nos
pusieron contra el suelo, requisaron nuestras cosas y nos mantuvieron 7 horas
detenidos e incomunicados, sin mostrar orden de allanamiento, ni detención.
Este hecho nos mostró las dimensiones que puede tener el terror estatal, en un
país donde pensábamos había las garantías para ejercer los derechos a reunirse,
opinar y expresarse libremente.
Los siete hombres y tres mujeres, somos jóvenes estudiantes,
profesionales, trabajadores, padres y madres de familia, gente con ideas,
sueños y pensamientos por una vida mejor para los nuestros y para los demás.
Durante todos estos meses de injusta prisión hemos sufrido el alejamiento de
nuestras familias, la perdida de trabajos y estudios. Nuestras vidas han
sufrido daños irreparables, tanto en el plano social, psicológico y económico,
que se han extendido a nuestras familias, quienes también y sin ninguna razón
fueron víctimas de estas brutales agresiones.
Fuimos detenidos ilegalmente y ordenaron nuestra prisión
hasta que se complete el montaje y
encuentren de qué acusarnos, esto sucedió 6 meses después y ahora
enfrentamos una audiencia de juicio por el delito de “actos de terrorismo”.
Acusación absurda y forzada con la cual pretenden condenarnos a largos años de
prisión.
Nosotros somos inocentes de lo que se nos acusa. Buscar
pensar, razonar, tratar de comprender los fenómenos sociales y políticos de
nuestro país; reunirse para discutir ideas, para hablar de cambios, del buen
vivir, cuestionar al poder, solidarizarse o participar en movilizaciones, no es
un delito. No es terrorismo. Así lo confirman también juristas prestigiosos y honrados.
A nosotros se nos han violado los derechos humanos, y los
derechos que nos da la Constitución a reunirnos, a participar y expresarnos
libremente y se nos ha negado cuanto recurso hemos interpuesto reclamando
nuestra libertad. Los 10 del Luluncoto, somos presos políticos y somos parte de
la decena de líderes indígenas, campesinos, maestros, jóvenes que están
encausados con la figura de “sabotaje y terrorismo.
Han recurrido a una ley promulgada en la década del 60 del
siglo pasado por una dictadura militar, que la usó para perseguir y reprimir a
líderes sociales y políticos de izquierda, a organizaciones y personas que se
le oponían, para intentar apagar el pensamiento rebelde y libertario de la
juventud y el pueblo, para detener la protesta social.
Sabemos que las
presiones se harán evidentes nuevamente para entorpecer nuestra defensa, se han
puesto obstáculos a varias diligencias solicitadas por nuestros abogados que
nos daría la posibilidad de probar el montaje realizado para nuestra detención
y otras irregularidades que producidas en todo el proceso.
Por estas razones, por nuestra libertad, por nuestros
derechos y dignidad, así como de nuestras familias y el pueblo. Nos declaramos
el día de hoy…en huelga de hambre indefinida.
Tomamos esta medida en
defensa de los derechos humanos, en defensa de la libertad de reunión, de
pensamiento político e ideológico, por libertad de expresión, de opinión, por
el derecho a libertad de asociación, por más democracia y por el Buen Vivir, en
defensa de la Constitución que garantiza estos derechos. Porque no hayan más
presos políticos.
Demandamos del Tribunal Tercero de Garantía Penales actuar
garantizando los derechos que nos da la Constitución, desarrollar su actuación
con independencia, sin permitir que las presiones gubernamentales interfieran
en su fallo.
Porque queremos y
exigimos nuestra libertad
Royse Gómez, Pablo Castro, Marcelo Merchán, Cristina
Campaña, Javier Estupiñan, Víctor Hugo Vinueza, Abigail Eras, Santiago
Gallegos, Enrique Zambrano
Quito, de diciembre 2012
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