
La decisión tomó por sorpresa a la oposición política a Correa, como el caso de Jorge Ortiz, presentador de noticias del canal de tv “Teleamazonas” de propiedad de Fidel Egas, dueño del Banco del Pichincha, que tiene en los medios de comunicación vinculados a los banqueros y sectores financieros una importante capacidad de respuesta.

La quiebra de “Filanbanco” es apenas una perla de lo que se ha llamado en Ecuador “Atracaje bancario”, en medio de un largo proceso de quiebra de numerosos bancos mal manejados por banqueros inescrupulosos, como el caso del banco “La Previsora”; del “Azuay” ; del “Pacífico”; “Tungurahua”; “Préstamos; “Continental”; “Progreso”; “Bancomex”; “Los Andes”; “Popular”; que los usaron para hacerse autopréstamos o prestar dinero a sus allegados, cubrir sus propias deudas o financiar las campañas políticas de uno o más candidatos, que finalmente llegaron a ser presidentes del Ecuador, como el caso del banquero Fernando Aspiazu Seminario, dueño del quebrado “Banco del Progreso” que invirtió en la campaña de Jamil Mahuad, derrocado en el 2001 como consecuencia de haber precipitado a la economía ecuatoriana hacia la dolarización, lo que produjo pérdidas por mas de 8 mil millones de dólares.
La AGD ha establecido que es muy probable que el valor de los 192 bienes de los Isaías, no cubra la deuda que “Filanbanco” mantiene con el Estado, establecida en 661,5 millones de dólares. Fuentes señalan que “Filanbanco” recibió en préstamo por parte del Estado 810 millones de dólares para evitar su quiebra, dinero que tiene que ser recuperado.
El presidente Rafael Correa ha dado muestra de gran valentía y entereza moral al enfrentar hoy lo que no hicieron cinco presidentes que se hicieron los de la vista gorda al tolerar toda clase de maniobras evasivas en los tribunales de justicia, el soborno de jueces por parte del grupo Isaías para evitar les obliguen a responder con sus bienes, el mal uso que hicieron de los ahorros de miles de ecuatorianos. Es muy decidora su frase “…no hay lugar para cobardías ni vacilaciones”, al posesionar a la nueva Ministra de Finanzas, Wilma Salgado, que reemplazó a Fausto Ortiz, quien fue despedido al no estar de acuerdo con las incautaciones.
El gobierno está gestionando ante varios países la extradición de los banqueros corruptos, que se han refugiado preferentemente en los EE.UU., el paraíso capitalista al que huyen los mafiosos, narcotraficantes, criminales e inescrupulosos de todo tipo.
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