viernes, 1 de agosto de 2008

Entrevista a Oswaldo Palacios


Vocero Nacional del Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador

Es necesario un partido revolucionario para guiar el proceso revolucionario

El primero de agosto de 1964 nace el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador con el objetivo de conquistar el poder, destruir la sociedad capitalista y construir el socialismo y el comunismo en el Ecuador.


En estos 44 años ha sido protagonista de importantes luchas contra las clases dominantes, forma parte de las fuerzas más consecuentes y combativas en contra de la explotación y se constituye en porta estandarte de los anhelos de los trabajadores, la juventud y los pueblos del Ecuador.
Por su práctica social se ha ganado el odio de la burguesía y el imperialismo, pero sobre todo tiene el respeto, cariño y confianza de los trabajadores de la ciudad y el campo, de la juventud rebelde, de las mujeres luchadoras, de los maestros, de los pequeños comerciantes, en fin, de todos aquellos peleadores por la libertad y la emancipación social.

¿Cómo define usted al PCMLE?
El Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador ha definido desde que se fundó, su condición y naturaleza ideológica, política y organizativa como el partido de la clase obrera ecuatoriana, la vanguardia política revolucionaria de los trabajadores y los pueblos para lograr la transformación revolucionaria, el cambio social en el país y conducirla hacia los elevados objetivos del socialismo y el comunismo.

¿Cual es su valoración de estos 44 años del PCMLE?
Han sido de una trayectoria ininterrumpida por hacer realidad los principios del marxismo leninismo, de la revolución y el socialismo. Han sido años de aprendizaje, en los cuales el Partido ha ido comprendiendo de mejor manera la doctrina y la ideología de la clase obrera, conociendo mejor la realidad ecuatoriana; nos hemos esforzado por vincular los principios generales del marxismo con la situación concreta del Ecuador, con el propósito de cumplir los objetivos revolucionarios que como Partido tenemos.

¿Cómo en los hechos el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador se ha constituido en la vanguardia de la clase obrera?
Nos hemos constituido en esa condición, primero, desde el punto de vista ideológico, porque el principal aspecto de la construcción del Partido para nosotros es edificarlo desde los sólidos principios revolucionarios del proletariado. En segundo lugar hemos logrado, desde la base de esos principios, alumbrar una política consecuente con los propósitos e intereses de los trabajadores, la juventud y los pueblos del Ecuador.
En esa trayectoria logramos erigirnos como un partido político, que obviamente todavía es una fuerza pequeña, pero sin duda alguna con un reconocimiento importante de los sectores más avanzados del pueblo ecuatoriano y que al momento tiene una implantación en todas las provincias del Ecuador, puesto que tenemos una organización marxista leninista en todos los rincones del país, y, por qué no decirlo también de militantes, amigos, simpatizantes y colaboradores en algunos lugares del mundo, a donde se ha dirigido la emigración de los ciudadanos ecuatorianos.

¿Cómo caracterizaría usted al nuevo momento político que se vive en el Ecuador y el continente?
El nuevo momento político, si así se lo puede llamar, está caracterizado por el avance cada vez más impetuoso de una corriente democrática, patriótico y de izquierda en el seno de los sectores más representativos de los pueblos del Ecuador; decimos que forman parte de ella los trabajadores, la juventud, los campesinos, los indígenas, las mujeres, los pobladores pobres de las ciudades y todos esos componentes sociales de los pueblos ecuatorianos que están involucrados en una corriente de cambio, en una tendencia que tiene el propósito de avanzar.
Precisamente esa es la fuerza de sustentación que el presidente Rafael Correa ha podido interpretar en su acción política, en sus planteamientos y propuestas, efectivamente eso le ha permitido que Correa y su gobierno logren un apoyo importante, significativo y mayoritario del pueblo ecuatoriano.
Ese movimiento, esa tendencia, esa corriente es la que da sustentación aquí en el Ecuador como en América Latina, por que este no es un fenómeno exclusivamente ecuatoriano.
El momento actual que atraviesa el Ecuador está caracterizado por el interés de esta tendencia por impulsar este proyecto hacia delante, de radicalizar y profundizar las trasformaciones que se están planteando y que tienen que ver con aspectos de recuperación de los derechos democráticos; humanos; de la juventud; la mujer; los niños y la familia; de recuperación y entendimiento real de la soberanía e independencia del Ecuador y de nuestra identidad nacional o de la propiedad del pueblo ecuatoriano sobre los recursos naturales.
Estos elementos son los que configuran el cambio, y los trabajadores, la juventud y los pueblos están en permanente expectativa para que sus anhelos se puedan realizar a través de la Asamblea Nacional Constituyente, de la obra del gobierno y la propia acción de los sectores populares organizados.

¿Se pueden dar las condiciones para cambiar el modo de vida de los pueblos del Ecuador?
Todo lo dicho debemos entenderlo como un proceso de maduración de las condiciones objetivas y subjetivas en la sociedad ecuatoriana. La implantación del régimen neoliberal significó una seria agudización de los problemas de explotación, opresión, injusticia y atraso que vivieron nuestros pueblos.
Pero los trabajadores y la juventud ecuatoriana no se quedaron tranquilos ante esta situación, no doblegaron su cabeza frente a las imposiciones neoliberales que venían del imperialismo, la oligarquía y de los grandes centros de difusión del capital financiero internacional. Una de las características de nuestro pueblo y sus organizaciones sociales es que lucharon medida por medida, como decimos aquí en el Ecuador, a brazo partido contra todas las acciones neoliberales.
Tanto es así que el neoliberalismo en el Ecuador no alcanzó profundizarse en la medida como ocurrió en otros países y latitudes del mundo, esto se debió a que las clases dominantes encontraron un movimiento popular que resistió, que combatió abiertamente a esas posiciones neoliberales y, lógicamente, en cada uno de estos momentos fue ubicando de mejor manera y teniendo como referente la necesidad del cambio.
Ahora los sectores avanzados del pueblo van entendiendo, como parte de ese proceso, de que las trasformaciones no solamente significan cambiar un presidente por otro o una constitución por otra, sino cambiar todo de raíz.
El ideal del socialismo va dibujándose en la conciencia de los pueblos, es decir, mostrándose para muchos sectores como la posibilidad real de un tránsito hacia una nueva situación, hacia un nuevo tipo de sociedad. No es que todos los pueblos miran ya al socialismo como una alternativa; eso sería muy bueno, pero esta realidad todavía no se da, pero los sectores avanzados sí van observando en su búsqueda de cambio el hecho de que el socialismo es la alternativa.
Justamente de esta realidad surge el papel fundamental que tenemos los revolucionarios, la gente de izquierda, los elementos democráticos y progresistas en demostrar a la gente, discutir y convencerle de que no existe cambio posible que no sea social, cualquier cambio social es revolucionario y este te lleva inevitablemente a un nuevo tipo de sociedad , al socialismo.

¿El proceso revolucionario ecuatoriano tendrá éxito?
Para que un proceso revolucionario llegue a un puerto hace falta un partido que esté construido con el conocimiento real de la sociedad misma, de las leyes del movimiento social, un partido que sepa junto con el pueblo abrir esos senderos de la historia. Por eso es necesario un partido revolucionario para guiar el proceso revolucionario, esta es la lección sacada del desarrollo de la historia de toda la humanidad.

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