martes, 5 de agosto de 2008

Negarse a reconocer a la criatura


Usando la metáfora del asambleísta cuencano Fernando Vega, ha finalizado el difícil parto que ha dado a luz una nueva Constitución. Más que doloroso, ha sido un parto que ha mostrado la estatura política y calidad moral de quienes la engendraron. Al igual que en el caso de los niños reales, ocurre que a veces hay padres que “niegan” a sus hijos el momento de su nacimiento. Alrededor de treinta asambleístas dijeron “no” a lo que habían ayudado a procrear.


Algunos ni siquiera se quedaron hasta el momento del alumbramiento e hicieron maletas al apuro. Asombroso que asambleístas como León Roldós y Mae Montaño, que derrocharon esfuerzos en el proceso constituyente hayan decidido irse antes de hora. Si se trató de cálculos electorales, les fallaron más a sus electores que habrían querido verlos en la clausura co-responsabilizándose por lo que ayudaron a crear. Me atrevo a pensar que la carrera política de Roldós llegó a su punto final. Otros negaron abierta y cínicamente paternidad y maternidad de la criatura.


“Ha sido un parto que ha mostrado la estatura política de quienes la engendraron”


Curioso que algunas de estas “madres denegativas” hayan sido precisamente quienes se llenaron la boca con las diatribas “pro-vida” y las falsedades del pseudo sesgo “abortista” de la Constitución. Ironías de la vida. Pero claro, difícil esperar más de asambleístas que en su agenda personal tenían la defensa a ultranza de lo peor de las ideologías conservadoras, intolerantes y elitistas. Mejor tarde que nunca, La tendencia de izquierda se libró de la Queirolo y la Acosta. Con esas mentalidades del medioevo y su “doble moral”, su palabrería por el cambio no sonó sino a un mal chiste. Otros asambleístas de la derecha escupieron fuego y maledicencia en sus últimos tres minutos de figuración pública. De todas formas, prefiero el encendido discurso reaccionario de Leonardo Viteri (PSC) al burdo pasquín leído con histrionismo por Wladimir Vargas (PRIAN).


Hasta finales homofóbicos hubo: Rohón (PSC) y sus “mariconadas” reeditadas. Me apena sí la despedida gris de María Cristina Kronfle (PSC), luego de que también dio muestras de entereza y convencimiento en la defensa de las tesis favorables a las personas discapacitadas. De seguro pesó más la disciplina de la partidocracia socialcristiana que la reclutó. Finalmente, creo comprender la postura negativa de Pablo Lucio Paredes, puesto que siempre supo que estaba en minoría y que resultaba imposible lograr la supervivencia constitucional del modelo neoliberal que ha empobrecido y ha des-democratizado al Ecuador. Su intervención final mostró coherencia ideológica. Del resto de asambleístas de oposición, mejor ni hablar, pues se superaron con creces a sus antecesores congresiles. La derecha sigue incapaz de articular un discurso convincente. No sólo perdió la oportunidad histórica de sumarse al cambio y abrir la ruta de una transformación de fondo, sino que demostró hasta la saciedad que ni siquiera es capaz de asumir su participación política de una forma democrática y digna, salvo contadísimas excepciones. Entonces, si no pueden, apártense para que otros empujen el carro de la historia.

Por Hernán Reyes Aguinaga

1 comentario:

Libertario dijo...

MarxismoLeninismo jajajajaja, camaradas el socialismo es un fracaso rotundo no se han enterado la URSS reventó, el Muro de Berlin ya cayó, en Cuba se liberaron los salarios. No se si pecan de ingenuos por decir lo menos.

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