lunes, 31 de octubre de 2011

Me echaron del puesto

Hoy por primera vez en 17 meses, que labore como Cirujano general en el Hospital, he llegado muy temprano a casa, y ante la tierna e inocente felicidad de mis hijos, la compasiva mirada de mi esposa, que me preguntan: el porqué llego pronto, les dije como en el poema:

ME ECHARON DEL PUESTO
Pero no me echaron por vago u ocioso; pues dedique la totalidad del día al servicio de mis enfermos, incluidas las rondas nocturnas que siempre hacia, el pasar visita los sábados y domingo, el levantarme en la madrugada y raudo ir al hospital ante una emergencia, el incluir en mi rutina los martes de docencia a los residentes (aunque el hospital no sea docente), el dar 8 a 10 turnos más de los 20 que me asignaban, quedándome hasta mas allá de las 6 de la tarde en mis días de consulta, entonces me pregunto vago no he sido, ocioso peor. Pero igual me echaron del puesto.

Reflexione entonces que era inepto e inservible, no apto para el puesto. Pero mis evaluaciones de desempeño fueron superiores a 92/100, he operado un promedio de 39 pacientes por mes, he innovado las viejas prácticas quirúrgicas, introduje la cirugía mínimamente invasiva en el hospital, mas de 480 cirugías laparoscópicas de vesícula, mas de 100 apendicetomías laparoscópicas, el único hospital que en el norte del Ecuador que realiza hernioplastias laparoscópicas, una decena cirugías de bocio tiroideo, un sinfín de herniotomías en niños, un alto número de orquidopexias realizadas a los infantes en su mayoría kichwas del cantón; era el único que resolvía los problemas graves, la totalidad de interconsultas de cirugía me las hacían a mi; entonces no he sido inútil. Pero igual me echaron del puesto.

Probablemente a pesar del numero de cirugías, mis resultados no fueron satisfactorios; pero en mi archivo personal tengo un tasa de infecciones del sitio operatorio menor al 2% que es el estándar internacional, el porcentaje de reintervenciones en un mismo mes inferior al 0,5% que es el referente, complicaciones menores al 3%, complicaciones mayores inferior al 0,3%, mortalidad de menos del 0,3%, he transferido 1 solo paciente a hospitales de tercer nivel de atención, el índice de regreso a controles en el primer mes es del 95%, al tercer mes del 92% y al sexto mes es del 82%, entonces estoy con resultados adecuados; a pesar de esto me echaron del puesto.

Entonces entendí que la búsqueda sempiterna de la perfección, no es buena en tierra donde reina la envidia y el celo profesional, el exigir cumplimiento de normas y protocolos basados en evidencias científicas es nocivo para uno, porque le creen pedante, sabelotodo, o como dicen los jóvenes hoy nerd.

Aprendí que el soñar con la implementación de nuevas tecnologías en salud, el uso de la herramienta de la epidemiologia para la toma de decisiones, el trabajar con indicadores técnicos, sin embargo estos sueños son imposibles en nuestros hospitales de pueblo, porque para quienes se acomodaron a la cotidianidad, a la tediosa rutina de atender de mala manera a los humildes, a los pobres, a los indígenas, al lumpen, hablar de nuevas tecnologías es inentendible, ahí comprendí el probable porque de mi despido.

En el hospital de Otavalo colabore en la gestión del primer Director Kichwa de la historia del cantón (52% de la población es indígena) se logro plantear con mi colaboración proyectos de innovación en atención hospitalaria y cuenta con tecnología de punta, hoy los pobres pueden realizarse artroscopias, se han colocado más de 800 prótesis de cadera y rodilla, en 3 años; de muchos cantones vinieron, de muchas provincias llegaron, pero esto solo fue hasta el martes 25, pues un EDICTO, dictamino que solo se abran fichas para la gente de Otavalo, se negó la atención medica a gente de otras localidades. De paso al UNICO tratante kichwa, especialista en pediatría y máster en gerencia en salud, también le echaron del puesto a sus 39 años.

Considero que tal vez por haber apoyado con fuerza para que se implementen procesos de Salud Intercultural, como el parto culturalmente adecuado, uno de los pocos referentes palpable del trabajo intercultural en el país, con reconocimiento internacional, por el que han llegado múltiples misiones de observación; proceso que fue liderado por una enfermera infatigable, sacrificada hasta el tuétano, con una maestría en administración hospitalaria, otra en administración y negocios, especialista en genero y políticas, de 43 años, ex directora del hospital, 19 años de servicio, que también LE ECHARON DEL PUESTO. De pronto fue eso el apoyar procesos de sensibilización y participación colectiva en la salud, el romper paradigmas, incluso racistas en el hospital; fue el detonante para que una autoridad de salud provincial, aupada con una autoridad local sin cuarto nivel a los que ayudamos a visibilizar públicamente, nos haya despedido.
En fin vuelvo la mirada a la sonrisa de mis hijos, a la ternura de mi esposa, esta ultima cada mes sometida a quimioterapia en la lucha contra el cáncer, y con fe les digo guardándome mi bronca, mi ira, mis lágrimas y desconsuelo.

Vamos a mirar con fe el futuro, seguimos con la esperanza de días mejores, no se acaba el mundo, tengo 42 años, una mente despierta y ávida, unos brazos para luchar y se que piso firme en la tierra, porque no van a matar mis convicciones de cambio, de critica constante, de búsqueda de la verdad, no conseguirán doblegarme; seguiré soñando en un mañana de esplendor para la salud pública ecuatoriana, en una época en la que se respete la opinión ajena, en la que haya plenas libertades, un país sano con una colectividad sana, en la que se privilegie los consensos, un país con una democracia verdadera, vamos a seguir adelante.

De paso adjunto mi CV, como me despidieron ya no puedo servir en ninguna entidad del estado.

Gonzalo Jaramillo Castro
CIRUGIA GENERAL Y LAPAROSCOPICA

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bien, eso es, el MPD está a 14 millones 400 mil votos del gobierno. Cada vez están más lejos del Poder

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