Rafael Correa ha anunciado que después de terminar su mandato en el 2013 se irá a vivir en Bélgica que, viendo bien, es su segunda tierra y no Zumbagua donde se fue ha hacer su pasantía de boy scout. Claro es que en los bancos de allá pondrá la platita que ganará con las demandas interpuestas por supuesto daño moral, eso si no se postula a la reelección, entonces tendremos que aguantar sus condenadas sabatinas hasta el 2017.
Bienechito por caretuko que los compañeros de la CONAIE le quitaron el bastón de mando, eso significa simbólicamente que ha perdido la autoridad aunque se mande a hacer cualquier cantidad de bastones de mando que de seguro los pondrá en exhibición en el Palacio de Gobierno para que sus seguimonos vayan a tomarse fotos.
“Más rápido cae el mentiroso que el delincuente”, reza el dicho popular. Más temprano que tarde los ecuatorianos nos daremos cuenta que la consulta popular de Mayo del 2011 no es más que un despilfarro de cushqui y una farfullada del régimen de Patria Atada y Sobajada (PAIS).
La libertad en el Ecuador está amenazada. De ganar el Si se acentuará la persecución política, las cárceles se llenarán de inocentes por el delito de disentir con el ex catedrático de la Universidad San Francisco.
Expresarse libremente será un artículo de lujo destinado a los borregos, los banqueros y los delincuentes de cuello blanco seguirán en Miami y la alianza correista-socialcretina y madera de perreo, habrá conseguido su objetivo: no solo mandarle mano a la justicia sino maniatarla, someterla y ponerla a su servicio.
De ganar el Si con un estrecho margen, será una victoria moral pues sabremos que hemos perdido el miedo y que no nos ahuevamos a la hora de combatir a la prepotencia, la arrogancia, la tozudez y la egolatría del prospecto de tirano.
De ganar el No, al menos en parte el pueblo ecuatoriano se habrá resarcido del daño moral que el inquilino de Carondelet ha provocado con su traición y engaño y tal vez ponga su incipiente calva en remojo.
A riesgo de que el insultador postgraduado en universidades gringas y europeas nos tilde de sicarios de tinta y demás calificativos de su florido lenguaje sacado de la Enciclopedia del vituperio, los comunicadores de izquierda revolucionaria, quienes hacemos de la prensa alternativa nuestra trinchera de lucha, ejerciendo con nuestra pluma el derecho a la resistencia, seguiremos combatiendo a los políticos recicladores de la partidocracia que buscan proteger los intereses de los nuevos ricos del Movimiento PAIS. Seguiremos escribiendo sin medias tintas, y sin temor, redoblaremos nuestros esfuerzos para denunciar la corrupción, la impunidad y la alcahuetería. Podrán amordazarnos la boca pero no podrán amordazar la utopía, ni podrán encarcelar las palabras. Podrán cortarnos la lengua pero nunca nuestra conciencia revolucionaria, podrán cercenarnos las manos pero ni cagando nuestra rebeldía.
Pasarán 18 meses y estaremos hablando de lo mismo: inseguridad ciudadana, delincuencia, desempleo, corrupción generalizada, secuestro expres, sicariato, presencia de carteles de narcotraficantes, pues la consulta no es la panacea para transformar la justicia carcomida hasta los cimientos por los noveleros de la mal llamada revolución ciudadana.
El Ecuador solo cambiará con una verdadera revolución, con el proletariado y los pueblos y nacionalidades en el poder y no con revolucionarios advenedizos, plajiadores y usurpadores de consignas, discursos y versos que son banderas inalienables de lucha de la verdadera izquierda revolucionaria ecuatoriana y latinoamericana.
Sea cual sea el resultado de la consulta popular, quienes estamos de este lado de la orilla, los luchadores populares, los estudiantes, los indígenas, los campesinos, los obreros, los hombres y mujeres de la izquierda revolucionaria seguiremos en la brega por construir una Patria Nueva socialista y plurinacional.
Hasta tanto nuay que aflojar, hay que ponerle ñeque hasta el final. Votar No en la consulta popular es la mejor opción.
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