Es verdad que vivimos en una “Patria alfabetizada”?

El pasado 8 de septiembre el Ministro de Educación, Raúl Vallejo anunció que el país estaba libre de analfabetos, declarando al territorio ecuatoriano como “Patria alfabetizada”, asegurando, además, esto se da gracias a las campañas educativas desarrolladas por el gobierno, que en tan sólo dos años se ha conseguido reducir el analfabetismo de un 9,3% a un 2,7%, porcentaje menor a los fijados en los estándares internacionales.

Este anuncio que no solo se dio a conocer en el país sino a nivel internacional, en la Conferencia General de la Unesco, en Paris, por parte del Ministro de Educación ha quedado en tela de duda; los autores de la investigación han salido al paso para rebatir la declaratoria argumentando que su estudio ha sido tergiversado o por lo menos mal utilizado; los investigadores de la FLACSO que ha pedido de la Oficina de la UNESCO en Quito, desarrollaron el trabajo señalan con claridad en su informe que el estudio no tiene la finalidad de determinar la tasa nacional de analfabetismo, que se trata de un trabajo que busca medir el desarrollo y el impacto que han tenido los mecanismos aplicados para erradicar el analfabetismo; para comparar los resultados alcanzados entre varias localidades del país; fortalecer las iniciativas educativas para la alfabetización y establecer políticas que permitan mejorar los resultados de estos esfuerzos.

Sin importar estas advertencias el Ministro Vallejo ha utilizado las cifras del informe a su conveniencia y con la finalidad de quedar bien ante los ecuatorianos, pues estaba obligado a demostrar su “buena gestión”,- justo cuando el paro de la UNE estaba en vanzada- y aunque demagógicamente, cumplir con la promesa hecha por el presidente Rafael Correa, el 10 de agosto de 2007, de erradicar el analfabetismo hasta el año 2009.

Las dudas sobre el tema se han acrecentado debido a que varios expertos en educación y particularmente en procesos de alfabetización han expresado sus opiniones respecto a la concepción de ser una “Patria alfabetizada”; en carta abierta dirigida al Ministro de Educación Raúl Vallejo, la investigadora Rosa María Torres cita la aclaración hecha por los autores del estudio con la que se desmiente la afirmación de Vallejo respecto a la erradicación del analfabetismo y dice “ que el censo del 2001 sirvió para determinar una línea de base a partir de la cual calcularon una proyección del analfabetismo al 2009. Dicha proyección se hizo a fin de contar con un mapa actualizado del analfabetismo a nivel cantonal, de ningún modo para estimar una tasa nacional de analfabetismo. Los investigadores advierten que la tasa proyectada (del 2,8%) para fines del 2009 no debe usarse como tasa nacional, pues se trata de una proyección hecha con supuestos muy gruesos”.

El Ministro de Educación, no quiere tomar en cuenta que una patria alfabetizada no tiene que ver solo con que ecuatorianos mayores de 15 años sepan o puedan escribir o leer su nombre; erradicar el analfabetismo es garantizar que toda la población maneje con autonomía el lenguaje escrito y oral , transmitir con claridad sus propias ideas por escrito, de modo que otras personas puedan comprender lo que escribe, pero además independientemente y a partir de lo que saben están en capacidad de continuar leyendo y escribiendo solas. Eso está muy lejos de los resultados que las campañas de alfabetización impulsadas por el gobierno han alcanzado, más allá de las frías cifras es preciso evaluar la calidad de los procesos aplicados para terminar con el analfabetismo Por otro lado es justo señalar que los logros, pocos o muchos, que se han alcanzado en este proceso de alfabetización no son solo el resultado del trabajo único del gobierno como pretende mostrar el Ministro, si bien, este ha destinado importantes recursos para estas campañas, en ellas está el esfuerzo de más de 190 mil bachilleres , 12 mil alfabetizadores y de organizaciones gremiales como la UNE que en una campaña sin precedentes logró importantes resultados de alfabetización, por lo que se hizo merecedora del premio Juan Montalvo.