Bajo la hospitalidad
africana, junto a los trabajadores
y al pueblo de Túnez, los Partidos y
Organizaciones Marxista Leninistas
integrantes de la CIPOML, hemos abordado el debate sobre situación internacional, las políticas del
imperialismo, la reacción y la patronal; el desarrollo de la lucha de los
trabajadores y los pueblos; así como los
problemas y perspectivas de la lucha de nuestros partidos.
Constatamos la existencia de una
crisis profunda del sistema capitalista- imperialista, que se desenvuelve de
manera desigual en los distintos países,
afectando especialmente, de forma negativa, a la clase obrera, la
juventud y los pueblos.
Pese a las medidas neoliberales
para “salir de la crisis”, impulsadas por los monopolios y las clases
dominantes, que pretenden hacernos creer que por esa vía la superaremos
definitivamente, la realidad es terca, los efectos de la crisis persisten.
El imperialismo norteamericano
intensifica las guerras de agresión,
mantiene sus tropas imperialistas en
Afganistán e Irak. Continúan la feroz arremetida contra el pueblo libio, las amenazas contra Irán y otros
pueblos con el objeto de apropiarse de sus riquezasy ocupar posiciones
estratégicas. Apoyan abiertamente la ocupación militar de los sionistas en
Palestina. Los imperialistas de la Unión Europea, pese a sus intereses
específicos, actúan en lo fundamental
como aliados con los estadunidenses en su confrontación con Rusia y China.
Las pretensiones del imperialismo
estadunidense y de la Unión Europea de
controlar Siria amenazan con desembocar en una agresión militar directa a
nombre de la OTAN. De producirse tal situación pueden avivar las llamas de una
guerra regional, que podría incluso devenir en una nueva conflagración general.
Los marxista leninistas
rechazamos decididamente la intervención imperialista, levantamos la defensa de
los principios de la autodeterminación de los pueblos. Los problemas de Siria
deben resolverlos los trabajadores y los pueblos de ese país.
Al agudizarse todas las
contradicciones, inevitablemente chocan los intereses de las potencias
imperialistas, unas por preservar sus zonas de influencia, otras que buscan un
lugar en un nuevo reparto del mundo; las potencias imperialistas occidentales
pretenden mantener su dominio incólume y sus áreas de control, mientras, por
otro lado, las potencias imperialistas emergentes pretenden ocupar un puesto de mayor liderazgo
y control territorial en el mundo. Esta confrontación que enfrenta a los países
imperialistas entre sí, progresivamente
lleva a choques, diplomáticos unas veces, violentos otras, pero siempre en la
forma de agresión y expoliación a los
países dependientes y de mayor explotación
a la clase obrera.
China se está convirtiendo en el
principal exportador de capitales hacia los países dependientes de Asia,
África y América Latina en búsqueda de materias primas y la ampliación
de sus mercados; así como, en un
competidor agresivo en el mercado y las inversiones en los propios EE.UU. y los países imperialistas de Europa.
Rusia está fortaleciendo su economía, su capacidad y recursos energéticos, así
como su poderío militar, asumiendo un papel agresivo en el nuevo reparto del
mundo. Las posiciones de Rusia y China oponiéndose en el Consejo de Seguridad a
la intervención militar en Siria nada tienen que ver con la soberanía nacional
y los derechos del pueblo sirio, responden a sus intereses de disputar la
hegemonía con los países imperialistas occidentales.
La clase obrera y los pueblos
se expresan en movilizaciones, paros y la huelga general,
principalmente, en España, Grecia, Portugal, entre otros; en defensa de sus
derechos y en oposición a las medidas del capital que busca echar el peso de la
crisis sobre sus espaldas.
En África del Norte y el Medio Oriente continúan
las revueltas de los pueblos en contra de la tiranía, en defensa de la libertad
y la democracia. Los procesos revolucionarios abiertos por los trabajadores y
los pueblos en Egipto y particularmente
en Túnez prosiguen planteando la perspectiva de un cambio del régimen de opresión
y su liberación definitiva.
En América Latina la lucha de los
pueblos y los trabajadores en oposición al saqueo de los monopolios mineros
internacionales, en defensa de la soberanía nacional y del
ambiente y la naturaleza moviliza a centenares de miles de personas.
Los combates de los trabajadores,
la juventud y los pueblos en oposición a los efectos de la crisis, condenando
la dominación imperialista capitalista, se expresan en diferentes niveles, en
todos los países y regiones. Esas luchas afirman la confianza de la clase obrera
en el camino de la lucha, esclarecen la naturaleza del capital y la reacción,
desenmascaran las posturas de la socialdemocracia y el oportunismo; y, al mismo
tiempo hacen evidente sus limitaciones y debilidades para detener la ofensiva
del imperialismo y la reacción, de la patronal y los gobiernos a su servicio. A
los revolucionarios proletarios nos corresponde dar una respuesta ideológica,
política y organizativa. Asumimos nuestra responsabilidad de involucrarnos en
la organización y el combate de la clase obrera, la juventud y los pueblos; de
colocar la iniciativa y el coraje comunista para conducir consecuentemente esas
movilizaciones y sobre todo, señalarles el rumbo cierto de la revolución y el
socialismo.
El fortalecimiento de nuestros
partidos, la afirmación de su vinculación con las masas, la tarea de colocar
nuestro programa en la calle, al alcance de las masas combativas, de ponernos a
la cabeza de las luchas, promover y fortalecer el Frente Popular son las
orientaciones generales que surgen de esta Conferencia. El aporte de cada
partido ha sido enriquecedor y demuestra como el marxismo leninismo se va
fortaleciendo en el mundo, todo lo cual coloca en nuestras manos una
extraordinaria responsabilidad, a la cual sabremos responder decididamente.
La agudización de la crisis
general del capitalismo, la agresión imperialista y el peligro de una nueva
guerra general, el desenvolvimiento acelerado de las fuerzas productivas
generado por la revolución científica técnica, el desarrollo de la luchas de los
trabajadores, la juventud y los pueblos plantea nuevos desafíos para nuestros
partidos y organizaciones, debemos buscar en el curso mismo de los combates de
clase nuevas formas de organización y lucha.
La liberación de los trabajadores
y los pueblos obra tiene que ser de
ellos mismos y responsabilidad irrenunciable de nuestros partidos y
organizaciones.
SI ES POSIBLE CAMBIAR ESTE MUNDO,
EL MARXISMO LENINISMO
ES NUESTRA GUIA
CIPOML
Organización para la construcción del Partido Comunista de Alemania
Partido Comunista de Benín
Partido Comunista Revolucionario – Brasil
Partido Comunista Revolucionario de Costa de Marfil
Partido Comunista de
los obreros deDinamarca
Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador
Partido Comunista de España (Marxista Leninista)
Partido Comunista de los Obreros de Francia
Plataforma Comunista de Italia
(Vía Democrática de Marruecos) AnnahjiDimocrati
Partido Comunista de México (Marxista leninista)
Organización Revolutijon de Noruega
Partido Comunista del Trabajo de República Dominicana
Partido Comunista Revolucionario de Turquía
Partido de los Trabajadores de Túnez
Partido Comunista Marxista Leninista de Venezuela
Partido Comunista Revolucionario Voltaico
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